La Fundación

Nuestra Misión
La Fundación MindPat aspira a contribuir en el avance de la formación educativa, mejorar y adelantar la prevención y contribuir al reconocimiento de nuestro cerebro como Patrimonio de la humanidad, a través de unas líneas básicas, entre las que destacan implantar la metodología MindPat en el mayor número de escuelas; colaborar así en ese necesario acercamiento entre el desarrollo de nuestra capacidad cerebral y la urgente necesidad de comenzar a cuidarlo. Se desarrollarán proyectos multidisciplinares que sirvan de puente entre los dos ámbitos:
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Recuperar la mejor esencia del ser humano plasmada en nuestros Patrimonios como referencia de un magnífico pasado que les oriente en el futuro.
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Tomar un nuevo pulso enfocando en nuestra capacidad cerebral, debatiendo y reflexionando sobre la importancia de nuestro cerebro como el verdadero artífice en la consecución de todos nuestros logros.
La fundación MindPat nace con una firme vocación educativa, cultural, humanística y social, cimentada en nuestra metodología, programas y talleres que ayuden a sensibilizar y convencer a los niños y jóvenes de la importancia de tener un Patrimonio Interior de vital importancia. Sentimiento que favorezca la concienciación colectiva sobre la necesidad de cuidarlo, para colaborar y facilitar un nuevo camino hacia una sociedad más justa, equitativa y humana ayudados por un cerebro más sano y justipreciado.
Nuestro Propósito
Invertimos miles de millones en busca de planetas similares al nuestro, de vida inteligente o en descubrir los orígenes del universo o de la vida. Dicen algunos expertos que no saben hacia donde se dirige la “inteligencia artificial” o también llamada “no humana” y que no pueden ver su evolución más allá de 5 o 10 años.
Nuestro objetivo principal será involucrar al mayor número de personas para poner en valor la esencia humana gracias a lo que consideramos el verdadero origen de todo, nuestro cerebro.
Pudiera ser que esa inteligencia artificial o no humana nos lleve hacia un mundo más artificial y menos humanizado, pero también, que comenzando a valorar, apreciar y cuidar el órgano que nos hace humanos, algún día nos sintamos más humanos y más que preocuparnos por el origen de la vida disfrutemos más de ella.
Nuestra voluntad no reside en debatir sobre cada cosa que nos cuestionamos como seres humanos, sino en darle la máxima importancia a serlo para ayudar a vislumbrar mejor lo que de verdad importa.
